Controla tus emociones en el trabajo para que no te controlen a ti.
El trabajo es duro, por eso se llama «trabajo». Todos los días nos enfrentamos a desafíos que van desde la resolución de problemas técnicos complicados y la toma de decisiones difíciles entre prioridades contrapuestas, hasta la decisión de qué delegar y la generación de nuevas soluciones para problemas antiguos. Y se espera que hagamos todo eso sin perder la calma, la cordura y la tranquilidad.