El liderazgo silencioso tiene grandes ventajas que suelen pasarse por alto.
El liderazgo consiste en resolver problemas y tomar decisiones. No necesitas ser el alma de la fiesta para hacer cualquiera de las dos.
Ya sea en los negocios o en la vida, esperamos que nuestros líderes nos enseñen, nos guíen y nos ayuden a darle sentido a todo. Por lo tanto, los líderes más exitosos tienen un fuerte sentido de confianza, están muy comprometidos y pueden tomar decisiones clave para todo el equipo.
Debido a que los seres humanos son sociales por naturaleza, asociamos estas fuertes cualidades de liderazgo con personas más extrovertidas. Los extrovertidos irradian confianza en grandes grupos porque de ahí sacan su energía, así que naturalmente parecen ser los líderes más fuertes. Además de tener confianza en sí mismos y estar comprometidos, también son muy competentes a la hora de reunir a la gente, y su buen juicio siempre está a la vista. Pero si piensas que los introvertidos no son igualmente buenos -y, en cierto modo, mejores- líderes y gerentes, te has dejado engañar.
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La ciencia está continuamente demostrando que esa suposición es falsa, y la investigación de Harvard Business Review ha demostrado que los introvertidos son líderes más efectivos en entornos complejos e impredecibles. De hecho, los introvertidos son los únicos aptos para navegar en situaciones que los extrovertidos no pueden, y ese liderazgo silencioso es a menudo clave para el éxito a largo plazo de una compañía.
Los introvertidos son igual de hábiles a la hora de liderar y, de alguna manera, tienen una ventaja sobre sus homólogos extrovertidos. He aquí algunas de las innumerables características de liderazgo de los introvertidos que a menudo se pasan por alto.
Están motivados por la productividad, no por la ambición.
Uno de los conceptos erróneos más comunes acerca de los introvertidos es que no están tan motivados para tener éxito como las personas más motivadas socialmente. La verdad, sin embargo, es que simplemente están motivados por diferentes factores, y miden el éxito por diferentes métricas.
El cerebro introvertido está conectado de manera diferente en el sentido de que sus sistemas de recompensa son activados por estímulos diferentes. En lugar de reconocimiento y avance profesional, un líder introvertido obtiene más satisfacción al mantener la productividad y el trabajo de alta calidad del equipo.
Resuelven los problemas minuciosamente en lugar de apresurarse.
La resolución de problemas es el objetivo de todo buen liderazgo, y de acuerdo con la investigación, los introvertidos típicamente tienen una materia gris más gruesa en la corteza prefrontal, que es el área del cerebro donde se produce el pensamiento abstracto y la toma de decisiones. Esto lleva a los introvertidos a tomar una decisión después de pensarlo mucho y reflexionar sobre formas creativas de resolver problemas. La investigación también ha encontrado que los introvertidos son menos propensos a tomar decisiones rápidas.
Y como el trabajo de calidad es siempre el objetivo de los introvertidos, no se conforman con la mediocridad. Por ejemplo, es menos probable que un líder introvertido apruebe un proyecto si otros miembros del equipo tienen objeciones o dudas. El líder querrá asegurar su éxito abordando esas preocupaciones directamente antes de seguir adelante. Si surge un desacuerdo, la falta de preocupación por la posición social le da a un líder introvertido la ventaja de abordar el tema por el bien del proyecto.
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Construyen conexiones más significativas.
Debido a que los introvertidos están motivados por la calidad y la productividad, a menudo pueden parecer desconectados de otras personas, incapaces o no dispuestos a establecer conexiones personales. Sin embargo, al igual que con su motivación, las conexiones que los introvertidos construyen se centran en prioridades diferentes.
Aunque puede que no sean abiertamente conversacionales en grupos grandes, los introvertidos son excelentes para desarrollar conexiones más profundas y significativas con empleados y clientes en un ambiente de uno a uno. Esta relación genuina hace que un líder introvertido esté más en sintonía con cada miembro del equipo que un líder extrovertido.
No se distraen fácilmente.
Los introvertidos no están exactamente desconectados de otras personas y de su entorno, pero son más capaces de desconectar el ruido y concentrarse. Sacan su energía de su interior y, por lo tanto, pueden concentrarse fácilmente en la tarea que tienen entre manos sin distraerse con conversaciones en voz alta u otros ruidos de la oficina.
La habilidad de concentrarse en medio de la distracción aumenta aún más las cualidades que hacen de los introvertidos grandes líderes para empezar. Su motivación por la calidad y la productividad es más fácil de mantener, y pueden centrarse en las necesidades de los miembros de su equipo sin desviarse de otras tareas o demandas.
Los mejores líderes no siempre son los más ruidosos y notables, y la idea de que los introvertidos no pueden dar el ancho es peligrosamente engañosa. La verdad es que cualquier empresa haría bien en ayudar a los introvertidos entre sus filas a ascender, permitiéndoles brillar, aunque prefieran hacerlo fuera del foco de atención.
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