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La Trascendencia del Gobierno Corporativo en las Empresas

La Trascendencia del Gobierno Corporativo en las Empresas

Por Sofía Ramírez Necoechea y
Damián Maldonado Mendoza

Una persona visionaria en el mundo de los negocios puede ser consumida por su propia ambición inclusive antes de adentrarse al juego empresarial. Hoy en día, una idea de negocio implica una variedad de cuestiones que representan grandes desafíos para los empresarios. En esencia, el Gobierno Corporativo, considerándolo como un mitigante indispensable a la crisis de confianza que rodea a las corporaciones, podría ser un buen punto de partida para lograr historias de éxito e inclusive, una herramienta para expandir creaciones a nuevos horizontes.

Hace más de 200 años, William Blackstone (jurista británico) definió a la empresa como una “pequeña república” en donde sus accionistas eran el electorado, su consejo de administración era el órgano legislativo y sus directores, la burocracia. Ello resulta muy ilustrativo para llegar a la idea principal: en nuestra opinión, el Gobierno Corporativo es un sistema por medio del cual las entidades económicas y no económicas son operadas y vigiladas de manera organizada, lo cual permite que su funcionamiento sea eficiente y confiable para sus accionistas, en virtud de la generación de un trato equitativo y la protección de sus intereses.

La idea anterior, materializada dentro de una compañía, implicaría la creación de un sistema de control y dirección que indique la distribución de derechos y responsabilidades entre todos los agentes involucrados con la empresa y otros grupos de interés que pudieran quedar sujetos a las normas y lineamientos de la empresa para una adecuada toma de decisiones de acuerdo al panorama existente o futuro.

Esto no viene sino a confirmar que la buena realización de un esqueleto corporativo otorga las herramientas necesarias para definir su rumbo y obtener la clave al éxito frente a la competitividad, y garantiza la permanencia en el mercado.

Vaticinar conforme a los retos actuales exige que se pueda moldear con precisión las ideas empresariales y, para hacerlo posible dentro de una organización, se deben introducir mecanismos de transparencia y control de poder hacia los directivos responsables para hacer efectiva la delegación de funciones, derechos y obligaciones. Aunado a lo anterior, estas prácticas hacen posible eficientizar el trabajo, solidificar la compañía, evitar los abusos de poder, indiscutiblemente, prestar mayor seguridad a los inversionistas externos.

En conclusión, las empresas tienen la tarea por delante de implementar a nivel estatutario estos sistemas de gobierno corporativo de cara a las nuevas exigencias del mercado global para ser receptores de inversión y contar con la capacidad de adaptación ante las perspectivas de gobernanza contemporáneas.

Los autores de esta opinión forman parte de Maldonado Mendoza, Grupo Consultor, S.C., Firma especialista en estrategias corporativas, fiscales y financieras. Contáctalos en sramirez@maldonadomendozagc.com y damianm@maldonadomendozagc.com

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