¿Cómo se puede motivar a los empleados? Aquí hay cinco claves para el éxito.
Como suele suceder, en las empresas hay buenos gerentes y malos. Pero es hasta que nos toca la responsabilidad de administrar a nuestros propios empleados que nos damos cuenta de los desafíos que implica mantener motivados a los miembros del personal mientras se les dejaba espacio para sobresalir.
La buena noticia es que la gestión de los trabajadores requiere efectivamente habilidades que puedes desarrollar con el tiempo, para que puedas aprender a ser un gran gerente sin importar en qué etapa profesional te encuentres.
Ya sea que hayas sido ascendido a gerente por primera vez o seas un gerente experimentado que busca mejorar aún más en su trabajo, aquí hay algunas habilidades que son clave para el éxito.
Enfoque en el individuo
Como gerente, es probable que tengas un personal diverso, con cada persona en su equipo teniendo un conjunto único de fortalezas y debilidades. La clave, según una investigación que incluyó encuestas a más de 80,000 gerentes, es identificar y capitalizar las habilidades de todos los que trabajan para ti.
Los grandes gerentes se centran en encontrar los talentos clave de cada trabajador y en aprovechar esas habilidades para convertir a cada empleado en un empleado de alto rendimiento.
Los empleados pierden el tiempo cuando luchan por hacer un trabajo que no se ajusta a sus talentos, y tú no utilizas plenamente el poder de tus recursos humanos si no enfocas a cada miembro del personal en las tareas en las que son mejores.
Para descubrir para qué es más hábil cada miembro del equipo, concéntrate en sus singularidades. Observa qué tan bien se desempeñan en tareas específicas y presta atención a si les va mejor con instrucciones más enfocadas o cuando se les da la libertad de elegir su propio camino. Entonces asígnales más de lo que funciona.
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Saber cuándo y cómo delegar
Como gerente, tienes un equipo que trabaja contigo por una razón: Cada persona debe desempeñar un papel vital dentro de tu organización. Es tu trabajo asignar a los miembros del personal para que se ocupen de las tareas y logren los objetivos del negocio.
Desafortunadamente, demasiados gerentes no son buenos delegando. Una delegación eficaz significa delegar tareas a los miembros del personal, proporcionar una orientación clara sobre lo que tú consideras un resultado exitoso y dar a los trabajadores la libertad de lograr su objetivo a su manera.
Al microgestionar o tratar de manejar todo tú mismo, eliminas la motivación y la productividad. Podrías frustrar los procesos creativos que podrían conducir a grandes avances y a una mayor eficiencia. Y te quedarás con muy poco tiempo para hacer tu propio trabajo si no delegas.
Formar el comportamiento que deseas ver
Los directivos no sólo asignan trabajo y supervisan el rendimiento del personal, sino que también desempeñan un papel integral en la formación de la cultura de la empresa. Eso significa que depende de ti ser el tipo de empleado en el que quieres que los miembros de tu personal se conviertan.
Hay algunas maneras obvias de crear una cultura positiva en la compañía, incluyendo tratar a todos los miembros del equipo con respeto, promover el libre intercambio de ideas y fomentar una cultura de seguridad.
Pero también quieres moldear otros comportamientos positivos. Por ejemplo, si quieres animar a los trabajadores a que se centren en el desempeño en lugar de en el tiempo presencial, no te quedes hasta tarde en la oficina todas las noches.
Proporcionar retroalimentación específica, incluyendo elogios públicos
Es imperativo que los miembros del personal sepan exactamente cuáles son tus expectativas y cómo defines el éxito. Esto significa dar retroalimentación constructiva regular y continua, no sólo sobrecargar a los empleados con información una vez al año en las revisiones de desempeño.
Si un empleado hace algo realmente bien, tómate el tiempo para reconocer esta victoria – públicamente, si es posible – ya que esto puede animar a otros a replicar el comportamiento. No digas simplemente que el empleado hizo un buen trabajo. Sé detallado sobre lo que estás elogiando y cómo las contribuciones del empleado ayudaron a tu equipo a sobresalir.
Del mismo modo, si hay un área en la que piensas que un miembro del personal tiene espacio para mejorar, puedes proporcionar en privado una guía específica y útil. No tiene que ser una crítica formal (que puede hacer que los empleados se sientan a la defensiva), pero puede ser tan simple como una sugerencia para tratar de abordar una tarea de una manera diferente.
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Compartir el panorama general
La mayoría de las personas quieren sentir que su trabajo es significativo y que están logrando algo más que simplemente ganar un cheque de pago. Mientras que algunos trabajos por sí solos parecen agregar más valor, la realidad es que cada empleado contribuye al éxito de la compañía.
Si los miembros del personal entienden cómo sus trabajos ayudan a proporcionar un mejor producto o servicio, o a mejorar las operaciones comerciales, es mucho más probable que se sientan motivados para darlo todo. Por eso es tan importante que los buenos gerentes dejen que los empleados no sólo sepan qué hacer, sino también por qué lo están haciendo.
Proporcionar información sobre los grandes objetivos, y dejar que los empleados sepan su parte en el logro de los mismos, también puede proporcionar oportunidades para que tu personal contribuya de maneras nuevas que no esperabas.
Ser un gran manager no tiene por qué ser difícil
En última instancia, todos estos rasgos son talentos que puedes desarrollar con el tiempo. A medida que trabajes con tu personal, aprenderás qué los hace funcionar y cómo ayudarlos a hacer el mejor trabajo que puedan. A medida que te conviertas en un mejor gerente, el rendimiento de tu equipo mejorará y descubrirás qué estilo de liderazgo funciona mejor para ti y tu personal.
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